La novela, magistralmente desarrollada por Marcos Aguinis, no se centra en los trágicos momentos del martirio al que es sometido el “marrano” por la Inquisición, sino más bien en la lucha por mantener su identidad de raza y creencias, libertad de no ceder ante la opresión y resistencia para que a pesar de las limitaciones a la que es sometido el médico Maldonado da Silva, logra rebelarse y ayudar a muchas personas que están en la misma condición que él.

La historia es presentada en una estructura fragmentada que permite una exploración muy profunda de las diversas voces y experiencias que componen la realidad del protagonista; agregando un mosaico de relatos interconectados que abordan tanto eventos históricos hacia los grupos o poblaciones “excluídas” como momentos cotidianos de la vida de Maldonado. Los personajes secundarios enriquecen la narrativa al ofrecer diferentes perspectivas sobre el conflicto central. Entre ellos se encuentran otros criptojudíos y nativos americanos, cuyas historias entrelazadas con la de Maldonado ilustran el impacto colectivo de la opresión religiosa y cultural. El autor, logra a través de estas historias, dar voz a aquellos que históricamente han sido silenciados.

Francisco Maldonado vive un proceso de supervivencia, horror, sufrimiento, identificación y redención que definitivamente lo convierten en un mártir. Vivió en la Capitanía de Chile primero y luego en Lima, Virreynato del Perú, donde murió en un auto de fe al no renunciar a su identidad judía, pese a las torturas inhumanas que padeció.  Uno de los momentos más conmovedores de la novela es el encuentro entre Francisco y su padre en Lima, reencuentro cargado de emociones, ya que el padre ha sucumbido ante los métodos de la Inquisición y vive como un paria en un completo abandono y miseria. La escena refleja el dolor y la desesperación que sienten aquellos que son forzados a renunciar a su identidad.

La lectura es cautivante por la prosa ágil y clara de Aguinis, que en mi caso no pude detener su lectura hasta completarla, no solo por el pasaje histórico, sino también porque me permitió identificar que no importa la época, grupos humanos o cultura que exista, los fundamentalismos siempre consideran que los que no están dentro de su ideología o creencia, valen menos o no valen, por ello se busca exterminarlos, como ocurrió con los judíos de la novela, los indígenas de América, los judíos del holocausto, los Tutsi de Ruanda y actualmente los palestinos de Gaza.

Recomiendo su lectura, no solo por la calidad de la obra, sino también por las enseñanzas que la historia nos da y que deberíamos de aprender para evitar repetir los horrores que tiene la historia.

Finalmente, los dejo con algunas de las frases más importantes de la novela.