A Flor de Piel

por | 9 Jul 2021

Javier Moro

Extraordinaria novela sobre la historia de la Salud Pública, extraordinaria no solo por la trama y los heroícos personajes que aborda, sino por la reinvidincación, profusamente documentada, de un episodio olvidado de la historia de la salud mundial.

Su lectura, ágil y envolvente, deja también enseñanzas importantes sobre la necesidad de trabajar integrada y solidariamente por la salud de todos.

Esta reseña, también fue publicada en un revista académica. Puede ver la publicación aquí.

Ni el título ni el subtítulo reflejan el significativo contenido de esta novela histórica, cuyo autor, Javier Moro, hace gala de un conocimiento profundo de la época y de los personajes, gracias a una extensa y profunda revisión documental sobre la expedición Balmis, y nos regala un episodio de la historia de la salud pública épico, conmovedor y trascendente. Esta característica es la primera que convierte la obra en extraordinaria, pues es muy infrecuente que en la literatura histórica se aborden acontecimientos de la salud pública.

La expedición promovida por Carlos V para llevar la vacuna contra la viruela al Nuevo Mundo, que seguía causando grandes estragos en las poblaciones coloniales, es considerado uno de los episodios más importantes de la historia de la salud pública de América y España. Esta expedición se desarrolló entre los años 1803 y 1814, periodo en el cual consiguió cubrir no solo el Nuevo Mundo, sino también Filipinas y China.

A Flor de Piel

Título

Javier Moro

Autor

Seix Barral

Editorial

496

Páginas

2015

Año

Libro digital

Libro digital

Desde un punto de vista literario y cultural, la novela muestra con gran solvencia las cualidades y características humanas del doctor Francisco Javier Balmis, promotor, experto en variolización y líder de la expedición, así como de su equipo expedicionario, compuesto por veintidós niños, un médico, una directora y dos asistentes como equipo principal. El aspecto saltante y que debe estar presente en cualquier circunstancia como esta, es la identificación y la mística que deben tener los equipos sanitarios al ejecutar acciones de salud, lo cual les va a permitir cumplir sus objetivos y metas, sobre todo cuando las condiciones son adversas. Este matiz humano se encuentra muy claramente desarrollado en la novela y constituye una lección en estos tiempos en los cuales se clama por humanizar las acciones y prestaciones sanitarias.

Desde la perspectiva académica, es decir, del ejercicio de la salud pública, A flor de piel presenta todos los elementos que confluyen en la implementación de una acción sanitaria. En este sentido, el desarrollo de la expedición necesitó condiciones políticas, conducción técnica, recursos humanos, logística y participación social, que siempre están presentes en cualquier acción de la salud pública y que pueden favorecer u obstaculizar el logro del objetivo de salud propuesto. Desde el punto de vista académico, y pese a ser un episodio sanitario ocurrido hace más de doscientos años, el libro brinda enseñanzas a los funcionarios sanitarios y salubristas, señalándoles que la gestión sanitaria no solo es la gestión de procesos o la fijación de objetivos y metas, sino principalmente la gestión de personas y voluntades para lograr la salud de más personas.

Para ilustrar estos puntos, la expedición Balmis pudo llevarse a cabo por la voluntad política y el apoyo económico que el emperador Carlos V prestó al doctor Balmis, lo cual permitió su preparación y partida al Nuevo Mundo; pero no fue suficiente, puesto que en varias de las colonias el favor político le fue adverso, pues se suscitaron envidias y enconos que obstaculizaron su labor. La lección en este punto es que, en todos los ámbitos donde se implement e una acción sanitaria, debe asegurarse el apoyo político.

En el campo técnico, contar con conocimientos, procesos definidos, insumos y recursos humanos resulta crucial. De lo contrario, la acción sanitaria no prospera y los problemas de salud se quedan sin solución. En la novela que nos ocupa, el reto principal es llevar el inóculo desde España al Nuevo Mundo, lo cual se logra integrando a la expedición a veintidós niños que son inoculados progresivamente. En este caso, el doctor Balmis consigue, con base en sus sólidos conocimientos de variolización, crear una “cadena de frío humana” y llevar un inóculo efectivo para vacunar en el Nuevo Mundo. La reflexión a que nos conduce este aspecto es que el conocimiento sin recursos, y viceversa, también puede echar a perder una acción de salud pública.

La participación social es otro aspecto crucial que desarrolla la novela. Deja un mensaje muy claro sobre los intereses subyacentes y la influencia de los líderes en una comunidad o población determinada. El libro da cuenta de que en ciudades como Lima —capital de uno de los virreinatos más importantes de América—, una falsa vacuna era negociada inescrupulosamente y casi no se logró vacunar a nadie, pese al apoyo de científicos notables como Hipólito Unanue, mientras que en ciudades como Santafé (hoy Bogotá), donde el apoyo político y de los líderes era unánime, se vacunó a casi 54 000 personas, y en el Alto Perú (actual Bolivia) a 25 000.

¿Hay similitud con experiencias modernas de salud pública? Considero que sí.

El libro A flor de piel constituye entonces una lección de referencia sobre el accionar de la salud pública en nuestra región, por lo que su lectura para profesionales de la salud, que dicho sea de paso resulta cautivadora, constituye un aprendizaje de los avatares de la acción sanitaria, a partir de un episodio de gran importancia histórica, y una invitación a la reflexión sobre todos los componentes o elementos que debemos considerar en estos casos. Bien se dice: el que no conoce la historia está condenado a repetirla.

Dibujo del Dr. Balmis, director de la expedición y apasionado de la vacuna contra la viruela. Una película sobre la expedición, 22 Ángeles, puede verla completa aquí.

Finalmente, la lectura de A flor de piel permite plantear que la expedición Balmis, al realizar la vacunación de la población susceptible de América, redime parcialmente la “conquista biológica”, la cual fue en mucho responsable de la relativa facilidad con que los españoles se adueñaron del Nuevo Mundo, pues significó que la población amerindia, totalmente susceptible a la viruela y otras enfermedades virales, enfermara de esta letal virosis y muriera por millones.

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