Acompañando un duelo
Las palabras siempre serán un bálsamo para el alma cuando se expresan de manera sentida. En este breve escrito, comparto las que, naciendo del profundo afecto que le tengo a una familiar; le expresé cuando perdió a su madre. Las comparto porque creo que siempre es posible dar soporte y acompañar con las palabras apropiadas que nacen del corazón.
Querida Prima,
Lamento la partida de tu AMADA MADRE y la pérdida que representa en tu vida. Sé que no hay palabras que puedan cambiar los sentimientos que te embargan en estos momentos, pero también creo que hay palabras que pueden reconfortar en algo la pena sin hondo de estos días y de los días futuros sin ella.
La vida se caracteriza porque deseamos fervientemente que nuestros seres amados no se vayan, no partan nunca a seguir las trayectorias que El Hacedor tiene en el universo para cada uno de nosotros. Pero así es la vida, se renueva con cada partida y se reafirma con los recuerdos que nos dejan los que parten; porque esa es la misión que tenemos en nuestro paso por este mundo: DEJAR VIVENCIAS BUENAS Y POSITIVAS, que mejoren el futuro de los que dejamos.
Estoy seguro que tu mamá fue grande, una gran persona, sino, Tú no serías la extraordinaria persona que eres. Esto es lo que dignifica la partida de tu amada Mamá.
Y aunque te parezca extraño -por decir lo menos-, tal vez fue mejor que partiera por el estado en el que se encontraba, pues una vida es buena cuando es plena, por eso cuando se pierden las facultades que nos permiten vincularnos con los seres que amamos, es mejor partir; porque no es vida aquella en la que ya no podemos reconocer a nuestros hijos o nietos, no es vida cuando ya no es posible disfrutar de las calles por su nombre y su apariencia, cuando ya no podemos reconocer la playa o la casa donde jugamos y compartimos tardes de sol y juego con nuestra familia.
Felizmente, tengo a mi madre lúcida y activa, pero cuando pienso en ella y en lo frágil que el tiempo nos pone -y por lo tanto a ella-, me pongo triste pensando que se enferme y tenga que llevarla a un hospital para que intenten mantenerla con vida, pese a que ya no haya esperanzas. En otras palabras, si una persona vivió feliz y con dignidad, lo menos que podemos pedir es que parta con la misma dignidad con que vivió.
Esta forma de ver la vida -y la muerte también-, la tengo presente y espero poder dársela a mi madre y espero que mi amada esposa y mi hijo la tengan en cuenta para mí, cuando llegue el momento.
Tal vez no sea el momento más adecuado para compartir contigo esta forma de ver la vida y la muerte, pero creo que al menos, una nueva perspectiva te dará. En todo caso, intento transmitirte que pienses que ella ha vuelto a ti y a tus hermanos, con la imagen de los momentos más felices y plenos que tuvieron y no como la de los últimos tiempos que compartieron.
En todo caso, te llevo a Ti en mi corazón y te acompaño en estos momentos aciagos, desde el pequeño rincón que representa este afecto que nació desde que te conocí y te integraste a nuestra familia por haber conquistado el corazón de mi hermano, con esa hermosa y plena sonrisa que tengo impregnada como tu imagen en mis recuerdos.
Un abrazo de todo corazón Querida Prima
Adriel